miércoles, 5 de mayo de 2021

200 ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE NAPOLEÓN

Hemos pasado el 2 de mayo, con las celebraciones del levantamiento contra Napoleón y dejamos atrás las elecciones de ayer, día 4,  sobre las que no podemos pasar de puntillas pues han deparado un exitazo de la actual presidenta y un sonoro batacazo del PSOE y su espina, Pablo Iglesias, que entierra su vida política. No voy a hacer comparaciones porque los personajes son incomparables; salvo en su derrota. Pues bien, curiosamente hoy día 5 de mayo, en que tantos celebran la victoria y otros lloran su derrota, coincide el 200 aniversario del fallecimiento de Napoleón Bonaparte, en 1821; tiempo suficiente para analizar su influencia en la España actual. Evidentemente se ha escrito mucho sobre la llamada Guerra de Independencia, que empezó siendo la guerra contra el francés y que abrió la puerta al nacionalismo español, incompleto como refleja Álvarez Junco en su magnífico libro "Mater Dolorosa". El siglo comenzó con los enfrentamientos entre el rey Carlos IV y su hijo el príncipe de Asturias y futuro Fernando VII. Nos vimos enzarzados, por los pactos de familia, en las luchas entre Inglaterra y Francia, cuando nosotros ya éramos una potencia de 2º nivel. Esos enfrentamientos nos llevaron a perder la escuadra en Trafalgar en octubre de 1805 y cortar el nexo necesario para mantener las relaciones con las colonias americanas que empezaban a recibir el influjo independentista de las 13 colonias americanas, independizadas de Inglaterra entre el 4 de julio de 1776 y la firma del Tratado de París en septiembre de 1783. Hubo un intento inglés de retornar a las colonias que fracasó con la Guerra entre 1812 y 1815. Napoleón fue responsable de un conflicto que causó millones de muertos, esparció parte de las ideas revolucionarias por el continente y dejó al Antiguo Régimen colgando de un hilo, si bien el cuerpo aún caminó solo por inercia varias décadas más.

Muerte de Napoleón Bonaparte en Santa Elena
5 de mayo de 1821

Volviendo a nuestra guerra, recordar que la entrada de más de 100.000 soldados franceses con la falsa escusa de ocupar Portugal, tradicional aliado inglés, para forzar el aislamiento británico, se empleó realmente en la ocupación pacífica de las principales ciudades españolas, que terminó mosqueando a sus ciudadanos que al ver que querían sacar de Madrid a los infantes, dió origen al levantamiento del 2 de mayo de 1808, que acabamos de celebrar. El levantamiento no es del ejército o de la nobleza sino del pueblo llano que empezó a sentirse orgullosos de su pertenencia a la "nación" española. La guerra trajo muerte y desolación y la propia guerrilla favoreció aún más la destrucción de puentes, vías de comunicación y riqueza artística. El 2º mayor telescopio del mundo, ubicado en Madrid resultó destrozado, en su retirada José Napoleón llevó consigo unas 200 obras de arte, que fueron interceptadas por el ejército anglo-español comandado por Lord Wellington que tras la victoria de Vitoria las requisó y trasladó a Inglaterra. Terminada la guerra se puso en contacto con Fernando VII para hablar de su devolución pero el felón decidió regalárselas en pago por la ayuda prestada; que bien habrían venido cuando en noviembre de 1819, se inauguró el Museo del Prado. ¡Qué personaje más nefasto!

Durante la ocupación francesa, entre 1808 y 1814, al desaparecer el poder central, las colonias crearon Juntas de Defensa que realmente fueron el embrión de los movimientos independentistas. Las derrotas y victorias se repartían entre realistas e independentistas y como la escuadra de guerra había desaparecido, el envío de tropas desde la metrópoli se vio limitado y cuando se reunió dinero para comprar unos buques, se eligieron rusos y alguien se enriqueció con unos barcos que no podían navegar. Eran cinco navíos de a 74 cañones y siete fragatas de 44; construidos todos menos uno con madera de pino y no de roble. Cuando llegaron a Cádiz en febrero de 1818 estaba semi podridos. Además, en aguas cálidas, la "broma", molusco lamelibranquio, come la madera sumergida y hace agujeros pero no en las aguas heladas del Báltico.

Barco "negro" comprado a Rusia y en estado ruinoso


Nos habían vendido el desecho de su escuadra del Báltico. Barcos inútiles para una travesía atlántica y menos para ejercer el control naval de las costas americanas en el Atlántico y no digamos en el Pacífico; previo cruce del cabo de Hornos. Naturalmente los 25.000 soldados que se habían concentrado para ser transportados a Ultramar, se quedaron en tierra ante la fragilidad de los barcos y el peligro de fracasar. Para rematar la situación, dos años más tarde, Rafael del Riego, a la sazón jefe del 2º batallón asturiano, sublevó en Sevilla a las tropas que se habían reunido en Cadiz; para embarcar como refuerzo para las colonias de Ultramar. Era enero de 1820 y si para bien se inició el trienio liberal, se firmó la defunción de nuestra presencia en América del Sur.
Con la llegada de los liberales, la magnífica constitución gaditana, entró en funcionamiento y coincidiendo con la muerte de Napoleón el 5 de mayo de 1821, se produjeron una serie de acontecimientos como la independencia definitiva de Méjico en septiembre. Se pusieron en marcha las negociaciones en las cortes europeas con la vuelta de las monarquías; que el ladino Fernando VII aprovechó para finiquitar el trienio liberal con la venida de los cien mil hijos de San Luis. Fueron ajusticiados héroes de la lucha contra Napoleón, como el Empecinado y fundadores del liberalismo, como propio Riego y lo que fue peor, se estableció la diferencia/odio mortal entre liberales y realistas; como antes entre afrancesados y fernandistas. Poco después, en 1824, tras la derrota de Ayacucho sobrevino el fin de la presencia de España en Sudamérica; salvo Cuba, Puerto Rico y Filipinas. A las colonias independizadas se les odió durante décadas. ¡Odiando somos únicos!


El resultado fue que el sentimiento de nación no llegó a consolidarse y un sinfín de guerras civiles recorrió el suelo patrio; cuando en los tres siglos anteriores, practicamente no habían existido. Hoy 200 años después seguimos igual, en base a lo visto en las pasadas elecciones madrileñas y en las catalanas con los independentistas. 200 años estériles, quemados en la hoguera de los odios y las pasiones.

https://www.abc.es/cultura/abci-napoleon-bonaparte-enemigo-intimo-nacion-espanola-siglos-despues-202105021730_noticia.html

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