Los sesudos y no tan sesudos comentaristas y politólogos se estrujan la sesera para buscar la razón en el empecinamiento de Sanchez por conceder los indultos. Buscan argumentos en pro y en contra como si fuera espontáneo cuando está perfectamente orquestado. Se necesita una oposición dentro del partido para dar una visión de discrepancia y ahí aparecen Emiliano García Paje, seguido de cerca por Lambán y Fernandez Vara; amén de las vieja guardia que se encabrita porque no cuentan con ellos y al expediente a Leguina y Nicolás Redondo Terreros, se le podría comparar con una frase de Alfonso Guerra que hizo furor en su tiempo: "el que se mueva no sale en la foto". La clave está en una frase que ha dicho Oriol Junqueras, no me refiero a la de que se metan el indulto por donde les quepa; sino a que "hay que esperar 20 años" y ahí está el plan de Sanchez: Comprar con los indultos parte de esa tregua, en lugar de luchar por revertir los aleccionamientos y así garantizarse tranquilidad; además de presentarse como el solucionador del problema. Sanchez, Junqueras y unos pocos se benefician a costa del resto de los españoles.
Es fácil colegir, ya lo he escrito en varios artículos, que el problema de Artur Mas y de Carles Puigdemont fueron las prisas. El trabajo estaba casi hecho por el programa 2.000 de Jordi Pujol pero faltaba dejarlo reposar y dejar que el tiempo hiciera el resto. Efectivamente la diferencia Cataluña-resto de España se estaba implantando en las segundas y terceras generaciones de inmigrantes murcianos, gallegos o andaluces y de hecho ya dan frutos como Gabriel Rufián o el mismo Pere Aragonés García. No había que pisar el acelerador para evitar reacciones de defensa patriótica y el éxito de C´s y ahora la abstención son el claro ejemplo del error pues las prisas suelen ser malas consejeras.
Oriol Junqueras ha tenido tiempo, en la cárcel, para pensar y descubrir lo que salió mal y que la solución pasa por esperar 20 años, vendiendo el éxito de los indultos y dejar que la demografía y el miedo hagan el trabajo. Miles de catalanes-españoles emigrarán ante el acoso silencioso pero implacable, como los 900 policías, el 30% del total, que han pedido salir hacia otros destinos. La sustitución generacional llevará a que aquellos de más de 60 años dejarán de estar censados (más de 1.5 millones) y serán sustituidos por los que vayan naciendo, por los que ahora estén en primaria y los africanos residentes. La suma de ambas acciones combinadas, llevarán a la inevitable secesión de Cataluña. Secesión que no será fácil pues hay mucho que dividir, pero contará con el cansancio y hastío del resto de españoles.
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