En los dos artículos anteriores, sobre el terrorismo, he dejado fuera muchas anécdotas y curiosidades de las cuales recupero algunas, en este cierre de la trilogía sobre el tema.
Empezaré por los jueces Garzón y Marlaska, otrora feroces perseguidores de los etarras y ahora con un giro de 180ª en sus vidas y afanes.
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Nuestro segundo invitado es el juez Marlaska, ascendido por conservador por los gobiernos del PP y famoso, entre otros casos, por la persecución del caso Faisán. A la bestia negra de ETA, lo vemos ahora, como ministro del interior socialista, convertido en el favorecedor del acercamiento masivo de presos etarras, a las cárceles vascas o su entorno. También se ha convertido en castigador de la Guardia Civil en la cabeza de los coroneles Pérez de los Cobos y Sánchez Corbí; a los que ha negado su ascenso a general, a pesar de encabezar las propuestas del Cuerpo ; por no obedecerle ciegamente y haber incumplido la ley. Según algunos malintencionados por venganza por una historia de homosexuales en la que se vio envuelto el ahora ministro; tal vez al vivir con Gorka Arotz desde 1997, al que conoció en un bar y una semana después de su primer encuentro se fueron a vivir juntos y con el que contrajo matrimonio en el año 2005, cuando se aprobó la ley de matrimonio entre personas del mismo sexo.
Otra causa puede ser la que insinuó la diputada Macarena Olona, el “origen de ese odio” del ministro de Interior hacia la Benemérita “está hace 20 años en Bilbao”. “Le pido que aflore la verdad y que diga a su presidente, al Partido Socialista, a todos los presentes aquí, en esta Cámara, qué ocurrió hace 20 años en Bilbao, cómo tuvieron que recordarle que la lucha contra ETA no es compatible con la cobardía y qué hizo usted (o más bien qué dejó de hacer) como magistrado para evitar que determinada información saliese a la luz pública”
Los coroneles Pérez de los Cobos y Sánchez Corbí, han tenido una vida ejemplar y aunque este último fue acusado de malos tratos a algún etarra en busca de información, lo cierto es que tuvo un importante protagonismo durante 25 años en la lucha contra el terrorismo de ETA, como la liberación de Ortega Lara entonces; entonces capitán a las órdenes del juez Baltasar Garzón. Sánchez Corbí ha plasmado esa lucha en sus libros: Sangre, sudor y paz e Historia de un desafío
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Otra historia curiosa, razonable en esos años convulsos es la del empresario vizcaíno Luis Olarra, presidente de la Confederación General de Empresarios de Vizcaya, que llegó a admitir que como medida de salvaguarda había mantenido contactos con elementos mafiosos marselleses y corsos para que actuasen contra ETA en el caso de que él o algún miembro de su familia sufran un atentado: "No lo oculto, lo he dicho muchas veces y lo sabe todo el mundo. Es así, no puede ser de otra manera". Para el empresario vasco, los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) "son una réplica suave al terrorismo". Olarra explicó en declaraciones a la agencia Efe, que "si se produce algún atentado contra mi persona o mi familia, van a ir otros muchos detrás".
También el general De Gaulle cambió radicalmente en el trato a los terroristas etarras cuando se vio afectado por los atentados de la OAS; cuyo jefe, el general Salan, era un antiguo compañero y amigo. El referido Salan había vivido parte de su juventud en España, en Casarrubuelos del Monte, El 13 de mayo de 1958, en plena guerra de Argelia y finalizada la de Indochina, Salan encabezó una insurrección del ejército francés en Argelia, que pidió el regreso al poder de Charles De Gaulle para frenar la independencia de Argelia. El ejército estaba molesto con el abandono de Indochina y no querían repetir la retirada en Argelia. No pasaron ni dos años cuando, ante el cambio de actitud de De Gaulle en relación a Argelia y su independencia, Salan organizó la OAS, desde un hotel madrileño. Cosas de la vida, ahora era el anti franquista De Gaulle el que le pedía a Franco que los vigilase y les prohibiera actividades políticas desde suelo español. El mismo gobierno francés que, años después, consentiría que ETA utilizase el suelo francés como cobijo y santuario. Parte de esta realidad se visiona en la película Chacal de 1973, The Day of the Jackal, sobre el atentado fallido contra De Gaulle.
En otra película, mucho más reciente, 1997, de título Chacal vemos como "alguien" contrata a un asesino profesional que odia a EEUU para asesinar a la esposa del presidente. Para evitarlo, la CIA le encarga que lo neutralice a un terrorista del IRA, que tienen preso, encarnado por Richard Gere y que al final es salvado por su anterior amor, una etarra. Efectivamente ambos grupos, IRA y ETA habían colaborado especialmente en sus entrenamientos y suministros de armas. Si bien es cierto que una venta de lanzacohetes, había facilitado el desmantelamiento de un grupo de etarras y su zulo de almacenaje al llevar un chip de localización los referidos lanzacohetes. Hay quien comentó que realmente los americanos pretendían localizar a activistas del IRA pero estos se los vendieron a los etarras y así terminaron estos en prisión.
Este último Chacal, protagonizado por Bruce Willis, encarna a uno de los asesinos/fugitivos más buscados, "Carlos"; también apodado Chacal porque en el momento de su detención estaba leyendo el libro El día del Chacal de Frederick Forsyth. Su nombre es Ilich Ramírez Sánchez, comenzó como guerrillero y terrorista venezolano y fue miembro del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y, posteriormente, de un grupo propio. Si bien es considerado un terrorista por Francia, Israel y los Estados Unidos, otros Estados tales como la antigua Libia gadafista, Argelia, Irán, Siria y Palestina lo consideran un héroe de la causa anti sionista.
Para terminar, volvemos a nuestro país y a la pantomima de la destrucción de las armas; pues aún ETA tiene más de 150 pistolas de las 350 (300 revólveres y 50 pistolas) que robaron en el sur de Francia en 2006; cerca de donde cinco años antes robaron 1600 kg de explosivo y 20.000 detonadores. Es una pantomima cómo que les pidan su ayuda para descubrir los cerca de 350 asesinatos pendientes de aclarar. Eso es pedirles que denuncien a los asesinos para que los encarcelen; es una broma macabra que solo podría llevar a otra broma de mal gusto, como que todos los referidos asesinatos se le adjudicaran a terroristas muertos.
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