Mi anterior artículo tenía de título "la gran mentira de Pedro Sánchez" y en este me centraré en comentar su gran y casi única verdad. La soltó solemnemente, como merecía la ocasión, desde el parking de la Casa Blanca, tras su breve reunión con Joe Biden. Decía sobre las listas electorales de Bildu, que incluían 44 culpables de terrorismo, siete de ellos con delitos de sangre,
“Hay cosas que pueden ser legales, pero no son decentes” y esta es una de ellas."Merece el mayor de los reproches”.
Y ha abundado asegurando que “lo único que pueden aportar estas personas a la vida pública es un mensaje de perdón, de reparación y de arrepentimiento”. Desgraciadamente no hemos oido que pidan perdón ni asomo de arrepentimiento. Pero una vez pasado el sofocón, parace que con la renuncia a recoger sus actas los siete asesinos, si salen elegidos, ya está todo resuelto y pelillos a la mar; que son buenos chicos y si Sánchez les da el pésame por un etarra suicidado, como no perdonar a quienes le van a votar para que siga en el cargo.
Como la frase era muy dura, rápidamente han salido a echar tierra sobre el tema y hasta la Fiscalía General, que depende de Sánchez como él mismo se encargó de aclarar, en otra de sus escasas verdades dice que de ilegalizar a la formación o anular las listas contaminadas, nada de nada que pueden enfadarse y conjuntamente con Esquerra le pueden amargar lo que queda de legislatura y qué decir de la próxima. Los apoyos mutuos entre ERC y ETA no son novedosos pues los independentismos vasco y catalán se apoyaron, al menos desde nuestra guerra civil. El 26 de agosto de 1937,cuando los gudaris fueron rechazados del territorio vasco hacia Santander, por las brigadas navarras, el gobierno vasco del PNV, dió orden de rendirse, pues solo luchaban por su tierra. La República solo les valía como medio de alcanzar su independencia. El Lendakari huyó a Cataluña y allí acompañó a Companys durante el resto de la guerra hasta que ambos cruzaron a Francia el 6/7 de febrero del 39. En enero de 2004, el Conseller en Cap, Carod Rovira, de ERC, acudió a Perpiñan a negociar un pacto con ETA para que no asesinase en Cataluña.
Los demás acólitos, empezando por Pachi López, ex-lendakari gracias al maléfico e ingénuo PP, han salido en tromba, cuando estaban bien calladitos los primeros días cuando COVITE explicitó la vergüenza. Presión que Otegui llama enfangar la lucha política y chapotear el fango. Explícita alusión a Txapote, nunca mejor txapotear. Hemos vuelto al 11M, a las reuniones de Aznar con ETA en Argél; a que ETA no existe porque el PSOE de Zapatero acabó con ella y a todo lo que se les ocurre para enmerdar al PP. Naturalmente esas listas de la vergüenza se lo han puesto fácil al PP y a Vox .
Volviendo a ETA y a Aznar, otra cortina de humo, recordar el 26 de febrero de 2002, cuando el gobierno de los Estados Unidos emitió una orden por la que se añadía a ETA a su lista de organizaciones terroristas. Se acababa la impunidad y disminuía el apoyo en el País Vasco. Como en los estertores de la muerte, sus asesinatos disminuyeron drásticamente a partir de 2002; con 20 en los 9 años siguientes. Era la asfixia policial y política internacional. Estaba a punto de caramelo el Nuremberg de ETA, condición necesaria como indicaba Rosa Diez para juzgar no solo sus crímenes sino también su ideología. Con la Reforma de Aznar de 2003, se elevaron la prisión máxima de 30 a 40 años y así de los 200 presos actuales, la mayor parte saldrán en la próxima década, pero hay cerca de 80 que no lo harán antes de 2040 y algunos incluso pasaran de 2050; estos son los que preocupan a Otegui y su doble lenguaje.
La cuestión de los presos de ETA fue motivo de negociación en la decena de veces que ETA decidió suspender sus acciones e iniciar negociaciones con el Gobierno de España, así durante la tregua de 1999 el Gobierno del Partido Popular presidido por José María Aznar acercó a 135 presos etarras a cárceles próximas al País Vasco y Navarra y concedió 42 terceros grados en cumplimiento de lo dispuesto por el Congreso de los Diputados español que aprobó en noviembre de 1998 una moción de Izquierda Unida, a la que se sumó el Partido Popular, sobre el acercamiento de los presos. En el 2010, un centenar largo de los más de 600 presos etarras recluidos en España ya habían roto con ETA. Algunos de ellos firmaron un documento en el que lamentaban «el daño causado a personas, todas inocentes, a sus familiares y a la sociedad».
El 4 de octubre de 2004 la policía francesa lanzó una operación contra el aparato logístico de ETA en la que se realizaron 20 detenciones. Se descubrieron cuatro zulos con una gran cantidad de armamento, muy superior a la que se estimaba en su poder; La operación fue calificada como la más importante desde las detenciones en Bidart en 1992. ETA no cometió asesinatos desde el 30 de mayo de 2003 hasta el 30 de diciembre de 2006, porque su capacidad y organización estaba por los suelos. A finales de agosto de 2009, una nueva operación policial conjunta de Francia y España condujo a la detención en el sur del país galo de tres miembros de ETA (uno de ellos, Aitzol Etxaburu, entre los más buscados) y la localización de 13 zulos con abundante material explosivo relacionado con los atentados de Burgos y Palma de Mallorca, en total más de 900 kilogramos. ETA estaba derrotada por la actuación de las fuerzas y cuerpos de seguridad y la presión exterior pero a Zapatero no le interesaba la derrota incondicional y su total desaparición y les dió aire; de forma que ETA anuncia el cese de su actividad armada el 20 de octubre de 2011. Se desarmó en abril del 2017 y el 3 de mayo de 2018 anunció su disolución. Hoy, 10 años después, ETA ha alcanzado sus objetivos más importantes, ha expulsado a más de 225.000 vascos unionistas, que ya no votan al PP; celebra que sus presos sean recibidos como héroes; puede llegar a gobernar a medio plazo; recibe suculentas subvenciones del erario público y la importancia de la independencia está minorada al contar el País Vasco con una autonomía casi definitiva.
Sánchez exhausto tras su gran verdad, ha hecho de su campaña un ataque al PP, en lugar de hacer realidad sus palabras iniciales: indecencia y ausencia de arrepentimiento y perdón. Dignidad y Justicia señala que el artículo 9.3 c de la Ley de Partidos establece que un partido puede ser ilegalizado cuando presente en sus listas candidatos condenados por terrorismo y que no han rechazado sus fines ni medios terroristas de forma pública.
Sobre este extremo, la Fiscalía subrayó que el citado precepto "exige la inclusión de personas condenadas por delitos de terrorismo en las listas electorales cuando se haga de modo regular y no meramente ocasional". Dignidad y Justicia, señala que ha detectado candidatos condenados por terrorismo, aparte de los que concurren el próximo 28 de mayo, en las candidaturas que presentó la formación en Vizcaya, Álava y Navarra en los comicios de 2015, 2016, y 2019, e incide en que la ley de partidos avala la ilegalización de la formación 'abertzale' por esta circunstancia. Al PP, Sánchez le echa en cara que no denunciara estos echos, pero olvida que quien gobierna con los infames es él.
Desde la marcha de Rodríguez Zapatero, que protagonizó una vergonzosa negociación del Estado con ETA disfrazada de conquista de la paz, no habían sufrido las víctimas del terrorismo tantas humillaciones como las que llevan soportando desde la formación del Gobierno de coalición. En marzo de 2021, el presidente del Gobierno buscó un acto, sin precedentes en Europa, una escenificación de la destrucción de armas intervenidas a terroristas. Y citó a los ex presidentes de la democracia que tuvieron que hacer frente a la presión de ETA. Pero se quedó solo. Ninguno de los cuatro acudió a la cita: ni Felipe González, ni José María Aznar, ni José Luis Rodríguez Zapatero, ni Mariano Rajoy. Un sector significativo de asociaciones de víctimas del terrorismo, con Dignidad y Justicia y Covite a la cabeza, tampoco acudió a la llamada de Pedro Sánchez al considerar que se trataba de un acto de pura propaganda. La entrega de armas fue incompleta y de forma esporádica siguen apareciendo zulos con explosivos y armas; uno en 2016 con 145 pistolas de las robadas en Vauvert. Es fácil deducir cuantas pistolas aún retienen con una simple resta entre las robadas, por ejemplo 350 en Vauvert, en Francia y las entregadas o incautadas.
Para terminar, dada la normalidad de que hace gala el gobierno, a cuento de qué el director de gabinete de Ayuso en Durango, dice: “En el País Vasco hay un ambiente irrespirable, sin libertad ni democracia”. Por cierto, otra muestra de normalidad consiste en que 79 cargos del PP madrileño, formen parte de las listas ante la carencia de representantes locales y eso que hace 20 años eran la 2ª fuerza más votada. En un municipio en la lista de siete, seis son del PP madrileño.
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