Soy un enamorado de las curiosidades y coincidencias, que me inducen a reflejarlas en artículos. Hace unos días coincidieron ante mis ojos, la película Espartaco y un artículo en la Revista nº244 de la Aventura de la Historia, del año 2012, con una breve biografía de Rosa Luxemburg. Pensé en la coincidencia y en dedicarle un breve artículo con algunas de las coincidencias que encontré mientras releía la susodicha biografía; pero desistí hasta que nuevamente me encontré, ayer, con la película Espartaco y esta me he animado a redactar este atículo; con el nombre de la biografía: La revolución aplastada. También es casualidad que anteayer escribiera sobre Lenín, un coetáneo y conmilitón de Rosa, al que dediqué un artículo en el centenario de su muerte; incluyendo dos curiosidades. La muerte de Rosa se produjo el 15 de enero de 1919 y varios días después, Trotsky escribía sobre ella y su compañero, en el partido espartaquista, Karl Liebknecht:
Acabamos de sufrir la mayor de las pérdidas. El duelo nos embarga por partida doble. Nos han arrebatado a dos líderes, dos jefes cuyos nombres quedarán inscritos por siempre jamás en el libro de oro de la revolución proletaria: Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg. Al principio de la Gran Guerra en 1914 y en medio de estos días sombríos y trágicos una sola voz se levantó en Alemania para protestar y maldecir: la de Karl Liebknecht. Y su voz resonó en todo el mundo. En Francia, donde el espíritu de las masas obreras aún se encontraba obsesionado por la ocupación alemana y el partido de los social-patriotas predicaba desde el poder una lucha sin cuartel contra el enemigo que amenazaba París, la burguesía y los mismos chauvinistas tuvieron que reconocer que únicamente Liebknecht era la excepción a los sentimientos que animaban a todo el pueblo alemán. En realidad Liebknecht no se encontraba solo: Rosa Luxemburg, mujer con gran coraje, luchaba a su lado, pese a que las leyes burguesas del parlamentarismo alemán no le permitieran lanzar su protesta desde lo alto de la tribuna, como hacía Karl Liebknecht. Es preciso señalar que Rosa Luxemburg estaba secundada por los elementos más conscientes de la clase obrera, en la que habían germinado sus poderosos pensamiento y palabra. Estas dos personalidades, dos militantes, se complementaban mutuamente y marchaban juntas en pos del mismo objetivo.
La Rosa roja. Un golpe con la culata del fusil sobre su cabeza, un grito, ella todavía se resiste. Un tiro en la nuca termina con su vida. Rosa Luxemburg. “Una de las mentes más brillantes entre los herederos científicos de Marx y Engels”, había dicho sobre ella Franz Mehring. Aniquilar a la Rosa Roja y a Karl Liebknecht: la voz y el fuego de la revolución en las calles de Berlín. El 15 de enero de 1919 el cuerpo de Rosa fue tirado al río, su cadáver apareció varios meses después. El mismo tratamiento recibió Liebknecht, el hombre que se levantó sobre una tribuna para desafiar la traición socialdemócrata y enfrentar la carnicería imperialista, dando pie a la fundación de los espartaquistas; nombre que proviene de las denominadas cartas a Espartaco, líder del mayor levantamiento de esclavos en la historia de Roma. Los soldados del Freikorps. soldados licenciados que dirigía la estrema derecha, ejecutaron los crímenes, pero el gobierno de los socialdemócratas Noske y Ebert los promovieron. En 1931 Stalin declararía a Rosa Luxemburgo enemiga de la que, según él, era la única revolución verdadera: la del comunismo soviético.
Volviendo al título, vemos que hay una fecha, año 71, que se repite. Espartaco muere en el año 71, A.C. y Rosa nace en 1871. No parece mucho pero me llamó la atención. Él en el mes de abril y el cuerpo de ella aparece el mismo mes, 1990 años después. Espartaco encabezó una revolución de los esclavos que siirvió para dar nombre al partido espartaquista creado por Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht el 1 de enro de 1916 y su periódico, Cartas de Espartaco.
El germen del futuro partido spartaquista, nació en agosto de 1915 de una excisión, por la izda de, del SPD (partido socialista alemán). Surgia ante la oposición de Rosa al apoyó socialista al esfuerzo de guerra del gobierno alemán. Rosa y Karl, pretendían que una negativa de los obreros de los paises beligerantes, llevaría a paralizar la guerra. Ese partido político pasó a llamarse Liga Espartaquista el 1 de enero de 1916. En diciembre de 1918, la Liga Espartaquista se renombró formalmente como Partido Comunista de Alemania (KPD). En enero de 1919, el KPD, junto con los socialistas independientes, lanzó el levantamiento Espartaquista. Esto incluyó la organización de manifestaciones callejeras masivas destinadas a desestabilizar el gobierno de Weimar, liderado por los centristas del SPD bajo el canciller Friedrich Ebert. Para frenar este levantamiento, eliminaron a Rosa Luxemburg y a Karl Liebknecht
Finalmente, ambas revoluciones fueron brutalmente aplastadas y con ellas sus dirigentes; si bien éstos han pasado a la historia, como intuía Leon Trotsky, y siguen sirviendo de ejemplo a los luchadores por la igualdad y la libertad.
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