SÁNCHEZ, LA AMNISTÍA Y EL JUEZ GARCIA CASTELLÓN.

Sánchez lleva una semana para no olvidarla, a los ataques de Emiliano Garcia Page, se ha sumado el auto que el juez Garcia-Castellón ha presentando para que Puigdemont no se escape de la acusación de terrorismo. Veremos como sale Houdini Sánchez del enredo. Aquí un enlace a un video de un tuitero que sustituye a Garcia-Castellón con Terence Hill y a Sanchez con el pistolero malo; que se lleva a una jarta de bofetadas.

                                      

                                            https://twitter.com/i/status/1750668480779526313

Empezaremos por el final de la historia. con las definiciones de terrorismo bueno y malo. Esta semana, he oido y leido varios comentarios, uno el del ministro Bolaños, haciendo referencia a que no son comparables el terrorismo etarra y el de los CDR y Tsunami Democratic. Olvida que su partido se apoya y sella pactos, entre otros, como el ayuntamiento de Pamplona, con los directos herederos de ETA. Pero es que los independentistas catalanes tampoco son unos benditos y a lo largo de su corta historia han perpetrado violencia brutal contra la policia, rotura de mobiliario urbano y quema de contenedores en clara similitud con la kale borroca vasca. Si no son comparables, se parecen mucho y además vienen utilizando la intimidación para la limpieza étnica; igual que en el País Vasco. En muchos pueblos del interior de Cataluña, donde se arraiga el más rancio carlismo, como en el País Vasco, no se pueden completar listas electorales municipales del PP y Vox o antes C´s. En esto tampoco tienen que envidiar a los cachorros etarras. La presión con el idioma también busca la expulsión de los "distintos" que hablan el lenguaje de las fieras como decía Torra y antes el propio JOrdi Pujol.

Pero si dejamos atrás al carlismo y nos remontamos a épocas más modernas, como la primera década del pasado siglo, nos encontramos con violencia extrema en la Semana Trágica (los sucesos acontecidos en Barcelona y otras ciudades de Cataluña entre el 26 de julio y el 2 de agosto de 1909). El balance de los disturbios de la ciudad de Barcelona supone un total de 78 muertos (75 civiles y 3 militares); medio millar de heridos y 112 edificios incendiados (de estos, 80 eran edificios religiosos) y cinco penas de muerte, de las que la más protestada fue la Francisco Ferrer Guardia, pedagogo anarquista cofundador de la Escuela Moderna y sobre el que había dudas sobre su participación en el atentados contra el rey Alfonso XIII, el día de su boda. Las protestas internacionales por la muerte de Ferrer Guardia llegaron a recaudar dinero que se empleó en una estatua en Bruselas; ciudad que se repite de manera machacona en el ideario de los indepes; igual que la mania de incendiar la ciudad.

Dentro de su utopía secesionista, nos encontramos en 1915, 1ª G.M. con su intento objetivo de conseguir 10.000 voluntarios para completar y enviar una división a luchar a favor de la vecina y republicana Francia frente al imperio alemán. La utopia les estalló en las manos a los precursores porque solo consiguieron reunir a 1.000 voluntarios que ante los exigüo del número fueron integrados dentro de un regimiento de marcha de la Legión Extranjera. Realmente pretender que con la aportación de un millar de hombres a una hoguera que consumió a millones, iban a conseguir que les incluyeran entre los pueblos a liberar en base a los 14 puntos del Presidente Woodrow Wilson, era bastante paranoico. Firmado el armisticio, Francia no tuvo en cuenta las aspiraciones de aquel puñado de hombres de ideología republicana y catalanista. Ni tan siquiera se les permitió marchar con su bandera en el desfile de la Victoria. Cuando sus representantes se entrevistaron con Georges Clemenceau, éste respondió: “¡Vamos señores, no me vengan con historias!”.Los voluntarios tuvieron muchas bajas, entre ellas sus dos líderes Camil Campanyà (enterrado envuelto en la estelada) y Pere Ferrès-Costa, en la batalla del Somme. Terminada la guerra, se hizo en Barcelona una colecta para reconstruir un pueblo francés, donde habían combatido, y para realizar un monumento a su memoria. La obra se encargó a Josep Clarà. En 1923 el escultor ya había finalizado el monumento, pero la llegada al poder de Primo de Rivera paralizó el proyecto. La dictadura hacía imposible la celebración de cualquier acto público de autodeterminación catalán, que se retrasó a la llegada de la 1ª República.

Monumento a los voluntarios. parque de la Ciudadela

En julio de 1922 Francesc Maciá y otros fundaron el partido independentista Estát Catalá que ante la imposibilidad de conseguir la independencia de forma pacífica optó por una vía de violencia, similar a la irlandesa que les había llevado a la independencia de Inglaterra. En octubre de 1925 Francesc Macià y Josep Carner viajaron a la URSS con José Bullejos, entonces Secretario General del Partido Comunista de España, para entrevistarse con los dirigentes de la naciente Internacional Comunista; pero Stalin no los apoyó por "carencia de definición ideológica" y, sencillamente, porque no lo veía claro. Siempre repitiendo como Puigdemont con Putin en 2017. El 6 de junio de 1925, Bandera Negra del Estat Catalá, intentó un magnicidio contra el rey Alfonso XIII, acción conocida como el Complot de Garraf que no pasó de intento. Ahora el juez Garcia-Castellón parece encontrar indicios de un intento de atentado contra el rey Felipe VI. El pacífico Maciá tambien intentó en 1926 sublevar a los catalanes mediante una invasión de Cataluña, por Prats de Molló, con mercenarios que eran abundantes tras el final de la 1ª G.M. Este intento fué frustrado por la gendarmería francesa antes de cruzar la frontera. Maciá huyó a Bélgica, camino que se repite y fue seguido por Carles Puigdemont. 

Tras las elecciones municipales de abril de 1931, Maciá desde el balcón del ayuntamiento proclamó la República catalana dentro de una imaginaria república ibérica. Como hizo después Puigdemont, Maciá proclamó una republiqueta de pocos minuto, algo más larga que la de Puchi, pero poco más. Ambos iban de farol, como reconoció Clara Ponsatí. Maciá consiguió a cambio de dar marha atrás, resucitar la Generalitat y redactar un Estatuto, en Nurai, que posteriormente rebajaron Prieto y Largo Caballero. Antecedente del Estatuto que Zapatero concedió a Maragall y luego rebajó Alfonso Guerra.

En el entreacto, tenemos la proclamación de Companys con un saldo de medio centenar de muertos y un centenar de heridos en octubre de 1934. Durante la guerra, se reconocen más de 8.000 asesinados bajo la presidencia de Company; el cual a partir de abril del 38 , con el aislamiento de Cataluña del resto del territorio, al llegar las brigadas navarras al Mediterráneo llevó a Companys a volverse hacia Francia e intentar repetir la entrega de 1640 realizada por Pau Clarís; que duró hasta 1652 y costó mucha sangre para revertirla.         

Toda una historia de sueños húmedos y violencia que en 2017 revivieron Puigdemont y sus acólitos y completada con quemas y violencia en 2019 tras las sentencias del juicio del Procés. Nuevo intento del que quieren salir victoriosos con la ayuda de Pedro Sánchez; pero se han encontrado con el juez Garcia-Castellón. Eso si, repelando el concepto terrorismo del Artículo 573 del Código Penal:

1. Se considerarán delito de terrorismo la comisión de cualquier delito grave contra la vida o la integridad física, la libertad, la integridad moral, la libertad e indemnidad sexuales, el patrimonio, los recursos naturales o el medio ambiente, la salud pública, de riesgo catastrófico, incendio, contra la Corona, de atentado y tenencia, tráfico y depósito de armas, municiones o explosivos, previstos en el presente Código, y el apoderamiento de aeronaves, buques u otros medios de transporte colectivo o de mercancías, cuando se llevaran a cabo con cualquiera de las siguientes finalidades:

1.ª Subvertir el orden constitucional, o suprimir o desestabilizar gravemente el funcionamiento de las instituciones políticas o de las estructuras económicas o sociales del Estado, u obligar a los poderes públicos a realizar un acto o a abstenerse de hacerlo.

2.ª Alterar gravemente la paz pública.

La mayor aberración jurídica posible es una ley redactada por sus propios beneficiarios. Y esto es exactamente la de amnistía, fruto de un pacto para armar una investidura a cambio de la impunidad de los autores de una insurrección contra el Estado. Este intento por derribar el Estado de Derecho, abochornado al límite con la insidia de los dos niveles de terrorismo, es contra lo que lucha en juez Garcia-Castellón.