Este 23 de abril, se celebra la fiesta de la Comunidad de Castilla y León, en conmemoración de la batalla de Villalar, donde terminó la sublevación de los comuneros castellanos contra el Rey Carlos. Se conmemora el V centenario. Algunas ciudades, como Toledo aguantaron un año más pero sin los caudillos estaban acabados. En esa batalla, a las puertas de la población y bajo un fuerte lluvia, Castilla se jugó su régimen feudal y pasó a conformar el núcleo del que irradia una España imperial y centralizada. En ese objetivo también ayudaron en el Levante las guerras de Germanías, 1521/22 y en América, la conquista definitiva de Méjico por Hernán Cortes. La muerte del abuelo austríaco, unido a que Carlos I, frenó a los otomanos a las puertas de Viena, junto con el oro y sobre todo la plata americana, facilitó que durante unos años, Carlos, tuvo en sus manos el sueño de Carlomagno. Unir a los reinos cristianos y acabar con las guerras fratricidas de los siglos anteriores. Desgraciadamente fracasó y su sueño tampoco pudo realizarse con su hijo y heredero Felipe II; rey consorte de Inglaterra y rey de pleno derecho de Portugal, Brasil, Macao,....El sueño duró poco más de cien años, terminando estrepitosamente en 1640 con la guerra de independencia de Portugal, el intento separatista del Duque de Medina Sidonia en Andalucía y la salida de ida y vuelta de Cataluña (1640/52). Los Países Bajos también se independizaron y Europa fue recorrida nuevamente por las guerras de religión; Fin del sueño. Sueño que la UE intenta reeditar a pesar de las zancadillas y egoísmos de los nacionalismos excluyentes que han hecho correr ríos de sangre por la vieja Europa... Nuevamente al RU, no se le espera tras su Brexit; tan vaticinado por Charles de Gaulle que se negó a admitirlos mientras vivió. De Gaulle muere en 1970 y RU entra en la UE en 1973; para permanecer 47 años. Castilla León lo celebra por su cuenta y el resto sigue con sus provincianismos cantonales y guerracivilistas.
Los comuneros sucumben al agua, al desorden y a la caballería real. |
El mismo día que tenía lugar la batalla de Villalar, comenzaba el asedio de la capital azteca, por Hernán Cortes. Un asedio en toda regla que terminó doblegando la resistencia y permitió que España se mantuviese hasta 1823. La caída de Tenochtitlán arrojó un saldo terriblemente desigual en pérdidas humanas: murieron cien españoles por cien mil aztecas; la mayor parte por la viruela, sífilis y otras pandemias desconocidas por ellos. Cortés le entregaba a la corona un imperio no menor que el carolino. Pero volvamos a los comuneros.
Tenemos que hacer un poco de historia para conocer los acontecimientos que tuvieron lugar en ese tiempo y conocer el origen de esta fiesta. En el año 1517 Carlos I (nieto de los Reyes Católicos e hijo de Juana la Loca) se hace nombrar rey de España, aunque aún vivía su madre, reina legítima que murió solo dos años antes que su hijo. Esto unido a que había nacido y sido educado en Flandes; hasta el punto que cuando llegó a nuestro país no hablaba castellano; no favorecía su aprecio en franca competencia con su hermano menor, Fernando, educado en Castilla por Cisneros. Esta circunstancia, unida a que elevó los impuestos para combatir la grave crisis económica que atravesaba Castilla desde la muerte de Isabel la Católica y que la mayoría de los cargos públicos eran ocupados por consejeros flamencos, hizo que en Castilla se creara un malestar generalizado en contra del Rey; hijo al fin y al cabo de Felipe el Hermoso de ingrato recuerdo.
En el año 1519, dos años después de su coronación como Rey de España, recibe la notificación de su elección como emperador de Alemania. El viaje hasta este país es largo y hay que comprar apoyos por lo que necesita recaudar fondos de Castilla y Aragón. Las cortes, gracias al Cardenal Cisneros, otorgan 220 millones de maravedíes para realizar su viaje a Alemania y poder ser coronado emperador como Carlos V de Alemania. Con la marcha de Carlos I a Alemania, el monarca dejó un clima de descontento contra su persona que iba en aumento. La rebelión estalla en Toledo y se extiende por varias ciudades españolas (Burgos, Cuenca, Guadalajara, Salamanca, Segovia, Valladolid, Zamora...) Las revueltas quedan lideradas por sectores liberales y pequeña nobleza; entre los personajes sublevados, destacan el toledano Juan Padilla, el segoviano Juan Bravo y el salmantino Francisco Maldonado. Andalucía, mayoritariamente, permanece leal al rey.
Castillo de Torrelobatón de los comuneros. |
Las milicias comuneras, dirigidas por Juan de Padilla a principio de 1521 tomaron algunas zonas de Castilla, y la gran fortaleza de Torrelobatón; pero faltas de refuerzos se dirigen hacia Toro y en Villalar son alcanzadas en las afueras de la población por la caballería real, bajo una fuerte lluvia que complica el uso de cañones y armas de fuego y los comuneros son derrotados sin tiempo de desplegar, perdiendo más de 500 muertos y 5.000 prisioneros. Era el 23 de abril de 1521. Las tropas reales hicieron prisioneros a los cabecillas de la rebelión, Padilla, Bravo y Maldonado que fueron decapitados en la plaza de Villalar el 24 de abril de 1521. Después de la derrota de Villalar, el movimiento comunero se desintegró, y las ciudades castellanas capitularon una tras otra.
https://elcriticonhistorico.blogspot.com/2017/09/carlos-i-desembarca-en-tazones-500-anos.html
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