CENTENARIO DEL DESASTRE DE ANUAL, CONTADO POR UN SUPERVIVIENTE.

Estamos entrando en el centenario del desastre de Annual y Monte Arruit. Aunque en Abarrán ya había habido una retirada, se suele comenzar por Igueriben, que tras una defensa numantina de sus defensores, que llegan a beberse sus orines con azucar, son arrasados, el 21 de julio; dejando alrededor de 350 bajas. Un día después, se inicia la retirada de Annual, dejando tras de sí más de 1.000 muertos; El general Silvestre, presuntamente, se suicida. El general Navarro, su segundo, toma el mando y estudia seguir replegándose. Tras una ligera detención, en un lugar imposible, el 28 de julio comienza la retirada, a veces desbandada, hasta Monte Arruit; retirada protegida por el regimiento Alcántara. Dentro del desastre, ya imparable, van cayendo la cadena de blocaos con que se pretendió controlar el territorio. El 3 de agosto, cae Zeluán con otros 400 muertos. Llegamos así al punto final. El 9 de agosto sin agua, con escasas municiones y bajísima moral, el general Navarro rinde Monte Arruit a condición de respetar la vida de los defensores pero los rifeños no cumplen el acuerdo y con los soldados ya desarmados proceden  a su masacre y a la profanación de sus despojos. Mueren cerca de 3.000 españoles. Fin del desastre, que ha costado cerca de 10.000 muertes y 500 prisioneros; de los cuales mueren más de un centenar por las condiciones del cautiverio, tifus, mala alimentación y castigos corporales- Entre las innumerables deserciones y auto lesiones por cobardía, surgen otras de valor como en Igueriben o el inmortal regimiento de caballería Alcántara: la mayor demostración de patriotismo y compañerismo, se jugaban la vida para defender la de sus compañeros en retirada y/o heridos.

«Siete veces cargó Alcántara monte arriba y sable en mano, reagrupándose tras cada carga, cada vez menos hombres, más heridos, exhaustos y sedientos jinetes y caballos, una y otra vez bajo la granizada de balas enemigas, entre las zarzas y parapetos rifeños, tan diezmados y agotados al final que la última carga, octava del día, hubo que darla con los caballos al paso, pues ya no podían ni trotar. De los 691 hombres del regimiento solo quedaban 67»

Su jefe, el teniente coronel Primo de Rivera y Orbaneja, fue condecorado, al igual que algunos otros miembros del regimiento a título individual, con la máxima condecoración de nuestros ejércitos. La Laureada de San Fernando. Y al final, aunque 91 años después, recientemente, durante el Gobierno de Mariano Rajoy en el año 2012 lo fue finalmente el Regimiento entero. el T.C. Primo de Rivera murió por gangrena, en Monte Arruit, el 2 de agosto.

El Alcántara en el rio Igán por Ferrer Dalmau

Con menos de un año desde su fundación, el 21 y 23 de julio de 1921, como consecuencia del desastre de Annual y Monte Arruit, que costó la vida de más de 10.000 soldados españoles; incluido el general Silvestre, la Iª Bandera de la Legión, reforzada con una compañía de la IIª, al mando de Franco recibió la orden de partir urgentemente para reforzar Melilla. Para ello recorrió 96 kilómetros a pie en día y medio para alcanzar Tetuán, desde allí siguió en tren hasta Ceuta donde embarcó para alcanzar Melilla; objetivo de los 18.000 hombres de Abd el Krim que habían arrasado las defensas exteriores. «Lo que en 1921 era una situación de derrota se transformó solo cuatro años, tras el desembarco de Alhucemas, en una gran victoria, precedente del final feliz de la guerra en 1927», fue el cenit de la dictadura de Primo de Rivera. Para ello fue necesario que Abd el Krim cometiera el error de atacar a los franceses y así facilitar la alianza franco-española que le llevaría a la derrota y al exilio.

              

           

El general Dámaso Berenguer se tapa la nariz entre
los cuerpos insepultos y ultrajados en Monte Arruit

Entre los escasos supervivientes del desastre de Annual, se encontraba "el abuelo Carmelo", posteriormente bisabuelo de mis hijos. Formaba parte del cuerpo de transmisiones y en julio de 1921 se encontraba destinado en la estación de Tuguntz, próxima a Axdir Asus cuando el levantamiento de Abdelkrim llevó al ejército español a su peor derrota en suelo africano. Esta posición tenía escasez de víveres y municiones y la aguada tenía que hacerse diariamente por lo que su situación era de debilidad extrema frente a un ataque. En sus cercanías se entabló el 22 de julio de 1921 la batalla que en España se conoce como el desastre de Annual. Simultáneamente al ataque sobre Annual, la posición de Tuguntz fue atacada la noche del 22 al 23 de julio. Durante la noche la posición de Quebdani, avanzada 10km, recibió varios telefonemas informando de los ataques sobre Tuguntz y de lo apurado de su situación por escasez de munición, víveres y agua, pero el coronel Araujo, jefe en Quebdani, no le dió ninguna instrucción particular ya que Tuguntz no pertenecía a su circunscripción. A primeras horas del día siguiente los aviones de la escuadrilla de Melilla lanzaron varias bombas en los alrededores de Tuguntz, pero no produjeron grandes daños entre los sitiadores y los rifeños continuaron el ataque durante todo el día. El 24 de julio los rifeños dieron el asalto final sobre la posición; los defensores lograron salir del parapeto, pero fueron dispersados, muertos o hechos prisioneros. Ninguno de los tres oficiales sobrevivió al ataque, nuestro querido Carmelo estaba entre los muy escasos prisioneros y ahí comenzó su calvario entre campos de prisioneros; si bien comparado con los miles de muertos puede pensarse que era afortunado y en realidad lo era pues en las posiciones cercanas no hubo supervivientes.

En el cautiverio, sufrían piojos y pulgas, con alguna de las cuales echaban carreras, que normalmente ganaba la del general Navarro (dixit el abuelo Carmelo). Veían como los carceleros se comían el contenido de sus paquetes de la Cruz Roja, mientras ellos morían de hambre. Tampoco les entregaban productos de limpieza ni sanitarios y les mantenían en condiciones miserables. Durante el cautiverio aprendió de manos del muy querido, teniente médico, Fernando Serrano Flores (muerto de fiebres tifoideas) y después del sargento Basallo (su nieto acaba de escribir un libro), a realizar curas y realizar labores de enfermero, que recibieron el elogio de sus compañeros. Así durante más de un años, hasta que el 2 de agosto de 1922, el periodista Luis de Oteyza entrevista al líder de la revuelta, Abd el-Krim, en Alhucemas y negocia los rescates que se pagan el 27 de enero de 1923; mientras Abdel Krim libera a los últimos 326 prisioneros españoles tras recibir 4 millones de pesetas de rescate, en duros de plata, aportados por el financiero vasco Horacio Echevarrieta; equivalentes a una caja de municiones por prisionero. Ocho meses después, el 13 de septiembre, golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera, en gran parte influido por el informe Picasso que no dejaba en buen lugar a los altos mandos del ejército e incluso alcanzaba al monarca.

      

Luis Oteyza con el general Navarro,
antes de su liberación

Cada prisionero se liberaba contra el pago de una caja de municiones llena de duros de plata que los "moros", así les llamó siempre el abuelo, contaban de uno en uno antes de permitir su acceso al barco, Gandía, anclado a la vista. Muchos murieron en la travesía porque se hartaron de comer y sus estómagos no lo soportaron, él supo contenerse. Les mantuvieron una temporada en Málaga antes de que les dejasen volver a sus hogares, con una presencia y salud aceptable. La Corporación Local solicitó una medalla, como puede verse en El Correo de la mañana de Badajoz del 20 de marzo de 1923. Esta petición fue denegada pero posteriormente recibió, de Alfonso XIII, esta cámara con la que trabajó de fotógrafo en su pueblo. Me la regaló a mí y la conservo con gran cariño.

Los emires amigos del gobierno protestaron pues era darle financiación a los rifeños y efectivamente el poder de estos aumentó notablemente hasta que el 8 de septiembre de 1925 el desembarco de Alhucemas significó el principio del fin de las esperanzas rifeñas. Tres meses después del desembarco, las columnas de Franco, Saro, Varela, Campins.., arrasaron el Rif y vengaron las matanzas de Anual y Monte Arruit. El abuelo compensó sus penurias africanas con una buena boda con la maravillosa abuela Amalia, mujer encantadora y cariñosa, que supo soportar al abuelo que derrochó su fortuna hasta el punto que de tener coche en los años 30, tuvieron que poner a trabajar a su hijo, Ángel, como botones en el Ayuntamiento. Mi relación con el abuelo Carmelo también fue siempre estupenda, hasta el punto que me regaló lo único que tenía de valor; su cámara Kodak.

https://elcriticonhistorico.blogspot.com/2020/05/centenario-de-la-legion.html

https://elcriticonhistorico.blogspot.com/2020/10/homenaje-carmelo-balsera-superviviente.html