Resulta vergonzante la actitud del presidente del gobierno frente a las descalificaciones propias y ajenas, que ahora coinciden al negarle valor a su palabra en la tribuna de oradores de la sede de la soberanía popular, el Congreso de los Diputados. Efectivamente, ayer 30 de junio se ha vivido la penúltima humillación al presidente por sus aliados de ERC, al responder a su nunca jamás con un ya veremos, denos tiempo. En dos años, este señor se va pero, hasta entonces, venderá su alma al diablo tantas veces como le sea necesario. Y lo que es peor, vende las de todos los españoles para seguir aferrado a su silla. Pero conociendo al personaje, ¿Quién terminará engañando a quién?.
Miquel Iceta, ministro de Política Territorial, defiende que todos los catalanes voten en referéndum un «gran acuerdo sobre autogobierno, financiación y participación de las comunidades autónomas en el diseño de las políticas del Estado». La propuesta llega apenas 24 horas después de que un Pedro Sánchez tajante zanjara en el Congreso que «nunca jamás» habrá un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Incide en la propuesta del Estatuto que aprobó Zapatero y que recortó el T.C.
Simultáneamente la Ministra Calvo, la que distinguía entre lo que decía Pedro Sanchez como Secretario del PSOE y como Presidente del gobierno, vuelve a puntualizar, en RNE, lo dicho ayer en el Congreso, en base al Artículo 92:
Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos. El referéndum será convocado por el Rey, mediante propuesta del Presidente del Gobierno, previamente autorizada por el Congreso de los Diputados.
Con los aparentes exabruptos, se trata de teatralizar para engañar al personal que inocentemente vuelve a picar; pues lo cierto es que el pacto, que ya existe, pues no se están dos horas hablando para decirse no es no. Piensan mantener un cauce de diálogo discreto y paralelo, con desencuentros para contentar a unos y otros, pues Moncloa no da un paso atrás. «Lo relevante será lo que se hable entre bambalinas, hasta que aflore», explican fuentes conocedoras de la negociación. «Como siempre en estos casos». Simultáneamente, todos los socios del presidente del Gobierno, desde Bildu al PNV, pasando por ERC, afirmaron solemnemente en el Congreso que la legislatura tiene dos años y medio por delante, pues les beneficia a todos frente al riesgo de elecciones. Sin matices ni condiciones. Y esto fue lo más interesante en clave política que se escuchó bajo el ruido de descalificaciones y chulerías consentidas.
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