En línea con la mentalidad psicótica de Pedro Sánchez, nos dirigimos a una investidura consolidada pero impagable; salvo que haga honor a sus cambios de opinión y una vez investido, nada de lo prometido. Este 2023 lo terminaremos como podamos pero los compromisos económicos para conseguir la presidencia, harán impagable la factura económica de la legislatura y ya lo comprobaremos en el próximo año. Los votos de ERC cuestan 15.000 millones de aminorar la deuda de Cataluña con el FLA y como ya explicamos en el artículo "El timo del 20% del FLA" aumentará el déficit de las cuentas públicas no solo en esos 15.000 millones sino en otros 23.000 millones para aplicar ese 20% de minoración al resto de autonomías; eso si estas admiten el trágala y no piden 2.000 € por habitante que elevaría el déficit hasta los 95.000 millones; solamente por este concepto.
Si seguimos analizando las diversas cesiones económicas y compromisos adquiridos para la investidura, habría que sumar los más de 6.000 millones de adecuar rodalies antes de la cesión y aunque esto llevará varios años, nadie nos libra de 2.000 millones anuales; no planificados. Al PNV le transfieren la gestión de su parte de la Seguridad Social, pensiones, que algo costará pues tendrán que generar personal y estructura. También le han sacado 100 millones para la implantación del euskera. Estos gastos son sin compensación a otros territorios, que o tragan con el "no AVE" extremeño o incrementan sensiblemente la cuenta. ¿Otros 10.000 millones tirando por lo bajo?. Podríamos considerar que parte de esos costes los debería haber afrontado el gobierno alternativo pues el tren a Extremadura y las cercanías de Madrid y Cataluña estan muy necesitadas. Del deterioro de las autovias, que ha estado a punto de ser un peaje,hablaremos en otro momento.
Llegamos al quid de la cuestión, pues Puigdemont ha hablado de deuda histórica de 450.000 millones y en su tercera página del acuerdo de la ignomínia aparece la petición de un "cupo" catalán. Es verdad que País Vasco y Navarra lo tienen y Jordi Pujol renunció cuando la Constitución daba sus primeros pasos; por aquello de la mala imagen que da ser el cobrador del frac fiscal. El cupo puede no ser malo para los demás, si se calcula bien pero el PNV siempre ha jugado su baza de apoyo al gobierno central para arrimar el ascua a su sardina. No debemos olvidar que entre ambas autonomías, con datos de FEDEA de 2021, no suman ni la mitad de la población (2.900.000 frente a 7.800.000) ni del PIB (93.000 frente a 230.000) de Cataluña y por tanto errores de cálculo en la aportación de Cataluña, serían inasumibles; sin modificar el estado de bienestar del resto. En total el PIB nacional en 2021 fue de 1.222.290 y por tanto Cataluña representa un 19% del PIB y el 16% de la población, frente al 7,6/ del PIB entre Navarra y País Vasco.
Igualmente, según FEDEA (Fundación de Estudios de Economía Aplicada) Madrid, Cataluña y las Islas Baleares. Son las tres comunidades autónomas que hicieron aportaciones limpias al sistema de financiación autonómica en 2021. Esto significa que aportaron más recursos de los que recibieron. En concreto la Comunidad de Madrid contribuyó con 6.313 millones de euros al sistema; seguida de Cataluña con 2.168 millones de euros y, por último, de las Islas Baleares, que registraron un saldo neto negativo de 334 millones de euros. Las tres comunidades aportaron en su conjunto unos 9.000 millones de euros. En cuanto a los receptores (recibieron más recursos de los que aportaron), quien más se benefició fue Andalucía, con un saldo neto positivo de 4.900 millones de euros; Canarias (3.700 millones) y Galicia (2.500 millones). Cataluña y su España nos roba cifran su déficit no en 2.168 millones sino en 6.000 millones. En cualquier caso si Cataluña deja de aportar esos 2.168 millones y no digamos si hay que darles parte deldéficit histórico que reclaman, el agujero lo tendrían que tapar entre Madrid y Baleares o los demás recibirían menos inversiones y transferencias para educación y sanidad.
De una u otra forma hablamos de un déficit añadido al habitual en el funcionamiento del Estado, de entre un mínimo de 50.000 millones a superar claramente los 100.000. Todo esto cuando el Estado tiene que reducir su déficit en 15.000 millones para alcanzar el déficit del 3% objetivizado porla UE. Claro que para eso estan los incrementos de los impuestos a los ricos y a los menos ricos.
Hoy cientos de miles de españoles se manifiestan por toda España contra la amnistía y la fractura de la unidad de la nación. Los que lo van a notar, en primera persona serán los productores de cava catalán. El odio vuelve a surgir, era lo fomentado por Zapatero (recordemos sus deseos de tensionar, transmitidos a Iñaqui Gabilondo) y continuado y aumentado por Pedro Sánchez y su Desmemoria Histórica.
Las presiones de Sánchez sobre la Caixa y otras empresas que salieron por el procés, para que vuelvan a Cataluña, desencadenarán otra peligrosa fuga de clientes que puede llevar a más de una a una indeseada bancarrota.
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