Lo único bonito es el número capicua pues el resto es volver a la casilla de salida de nuestra más oscura historia; historia que nos empeñamos en repetir. El único rey democráticamente elegido, Amadeo de Saboya, presentó su dimisión irrevocable el 12 de febrero de 1873, tras dos años de reinado. Amadeo era hijo de Victor Manuel II, rey de Italia, y hermano de Humberto I que ascendió al reinado a la muerte de su padre y es abuelo de Humberto II, actual rey y bisabuelo del recientemente fallecido, el pasado 9 de febrero, Victor Manuel de Saboya. Aquí otra curiosa casualidad en fechas , el 9 de febrero, cuando nuestro Amadeo desiste de seguir gobernando España. Su desencanto se traduce en su dimisión, firmada tres días después; cuando las Cortes ya han proclamado la República, sin elecciones ni nada parecido; por abandono.
Amadeo de Saboya frente al cadaver de Prim |
Amadeo llegó a España coincidiendo con el asesinato de su valedor, el general Prim; vaya comienzo. Venía a sustituir a la reina Isabel II que había abandonado el trono acusada de prevaricación y mangoneo económico; podríamos compararla con la abdicación del rey Juan Carlos I, por similares acusaciones. Amadeo se estrena visitando el catafalco de Prim. Nuestro Felipe VI se estrena con un golpe secesionista en Cataluña que frena con su alabado discurso del 3 de octubre de 2017.
Amadeo, dos años después, incapaz de soportar la 3ª guerra carlista, la guerra larga cubana, los plantes del cuerpo de artillería y los desplantes de la nobleza; incluyendo un atentado contra él y su esposa, terminó presentando su renuncia y abandonó España por la frontera portuguesa; país donde fue muy bien tratado hasta que un crucero italiano le recogió para devolverlo a Italia. En el documento de renuncia, incluida la de sus herederos, al trono, había una frase que ha hecho historia, sobre los enemigos de España, que ahora podemos hacer nuestra:
«Si fuesen extranjeros los enemigos de su dicha, entonces, al frente de estos soldados tan valientes como sufridos, sería el primero en combatirlos; pero todos los que con la espada, con la pluma, con la palabra agravan y perpetúan los males de la nación son españoles, todos, invocan el dulce nombre de la patria, todos pelean y se agitan por su bien».
Nuestro Felipe VI, está desdibujado por un gobierno que pretende transformar el golpe separatista en una broma pesada, una chiquillada y le hace tragar con nombramientos legales pero impúdicos como el de ministro al Tribunal Constitucional o la ministra a Fiscal General del Estado...; entre otros ataques a la separación de poderes. Si se aprueba la ley de Amnistía, actualmente en tramitación en el Congreso para a continuación pasar al Senado, el Rey se verá obligado a firmar lo contrario a lo que defendió ese famoso 3 de octubre de 2017. Esta firma y la vuelta del fugado golpista y amnistiado Puigdemont, será la puntilla final y seguramente le enseñará el mismo camino, el del exilio, que recorrió su bisabuelo Alfonso XIII y nos abocara a la IIIª República sin referendum ni nada parecido. Una República que apoyarán los de GALEUSCA, sueño republicano federal de GAlicia, EUscadi y CAtaluña.
Para completar el oscuro panorama, vemos las similitudes a que nos estamos viendo abocados. Tras la renuncia del rey Amadeo I, se proclama la Iª República, que naturalmente es aprovechada para la habitual declaración de la república catalana; que nunca falta al iniciarse las repúblicas en España; por muy efímeras que sean. Hace 7 años ya tuvimos la penúltima y avanzamos hacia la próxima. En el marco de la I República Española, proclamada el 11 de febrero de 1873, la abdicación firmada lo es un día después, de ese mismo año un grupo de políticos, dirigidos por José García Viñas y Paul Brousse (francés) y apoyados por "unos 16.000 voluntarios", proclamaron en el Ayuntamiento de Barcelona, el 5 de marzo de 1873, el "Estado catalán federado con la República española". Es decir, no era una independencia total, como no lo eran las dos siguientes. Tras dos días de negociaciones con el Gobierno central, se revocó en línea con los siguientes intentos. El 14 de abril de 1931, mismo día de la proclamación de la II República española, Francesc Macià proclama la República Federada Catalana dentro de la República española. El 17 de abril el Gobierno provisional de la República envía a Barcelona a los ministros Fernández de los Ríos, Marcelino Domingo y Lluis Nicolau d'Olwer a negociar. Consiguieron pararlo a cambio de un estatuto, el de Nuria; infumable. El 6 de octubre del 34, nuevo intento republicano con Lluis Companys que duró un día pero esta vez con casi medio centenar de muertos y el doble de heridos. La tercera proclamación, en octubre de 2017, también duro poco, 8 segundos.
Pero volvamos a febrero de 1873, al nacimiento de la Iª República, que tiene como primer jefe de gobierno al catalán Estanislao Figueras, nombrado el 12 de febrero de 1873. Cuatro meses después, tras la enésima reunión de políticos incapaces de llegar a ningún acuerdo, se levantó de la mesa y dijo “señores, voy a serles franco: estoy hasta los cojones de todos nosotros“. Al día siguiente, el hombre cogió un tren y se fue a Francia; sin ni siquiera llegar a presentar su dimisión. Le sustituyó, el 12 de junio, el catalán Francisco Pi i Margall (socialista libertario) que dimitió un mes después, el 18 de julio del mismo 1873. La Iª República vivió, después, las sangrientas guerras cantonales y terminó el 29 de diciembre de 1874, con la Restauración de la Monarquía.
Después la guerra de Cuba, levantamientos carlistas, Semana Trágica, guerra de Marruecos,.. y por último la guerra civil del 36/39.
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