Nuevamente el ABC me sirve materia para uno de mis artículos sobre curiosidades que normalmente no se encuentran en los libros de historia pues sus protagonistas no murieron heroicamente sino que desaparecieron sin dejar rastro. Es el caso del crucero acorazado Reina Regente, que desapareció hace 125 años con sus 420 tripulantes sin dejar restos humanos ni datos de la ubicación del pecio. El caso del trasatlántico Valbanera es distinto pues si bien no hubo supervivientes al menos su pecio está localizado aunque sorprendentemente sin rastro de su tripulación.
Crucero acorazado Reina Regente en 1895, el año de su desaparición |
La famosa embarcación, que podría haber sido importante en la guerra de Cuba, bautizada en honor a María Cristina de Habsburgo zarpó de Cádiz al amanecer y fondeó en Tánger el 9 de marzo de 1895, llevaba a bordo una delegación marroquí que había estado en Madrid para unas importantes negociaciones que no terminaron con acuerdos. A la llegada a Tánger se levantó temporal pero el gobierno español dió orden al capitán de retornar rápidamente a su base. El temporal arreciaba pero el capitán confiaba en su moderno crucero y salió del puerto dirigiéndose hacia Cádiz, donde nunca llegó. El navío fue visto en el estrecho por dos cargueros ingleses Mayfield y Matheus. y ahí termina la información. su hundimiento se achaca a que tomase una ola de frente y el barco entrara de proa hacia el fondo sin dar tiempo a la tripulación para salir de sus compartimentos. Me recuerda al hundimiento del pesquero de la película La Tormenta Perfecta; aunque en esta el barco se hunde de popa al no alcanzar la cresta de la ola.
Curiosamente tanto el Reina Regente como el Valbanera fueron construidos por astilleros escoceses con unas 4900 t. de desplazamiento y 18 años de diferencia, 1888 y 1906. En 2009, el Gobierno de España puso en marcha un plan para que los barcos de la Armada comenzaran a buscar y proteger pecios históricos como el Reina Regente, pero la tarea nunca llegó a concluir.
Volviendo a nuestro Valbanera, reseñar que se hundió en 1919, cuando navegaba entre Santiago de Cuba y La Habana; en una zona que bordea el temido Triángulo de las Bermudas. Es la mayor catástrofe naval, en tiempo de paz, de un barco español. Lo más tétrico es que no hubo supervivientes entre los cerca de 500 pasajeros, ni entre la tripulación de 80 hombres sus restos se encontraron en medio del silencio del océano, hundidos en arenas movedizas y aguas atestadas de tiburones y barracudas; pero no solo no aparecieron restos de los náufragos sino que los buzos tampoco encontraron en el pecio, los cuerpos de los fallecidos El barco permanece en el fondo del mar en el Bajo de la Media Luna, a cuarenta millas al oeste de Cayo Hueso y las investigaciones de la época no llegaron a ninguna conclusión razonable. ¿Acaso la respuesta esté en su proximidad al enigmático Triángulo de las Bermudas?
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