Este pasado día 12, se ha cumplido el 90 aniversario del levantamiento de Jaca que tenía por finalidad derrocar la Monarquía y sustituirla por la Republica. Realmente el golpe estaba previsto para el día 15 pero el comandante Galán se adelantó, aunque el previsto día 15, varios militares al mando del General Queipo de Llano (en el 36 gracias su aportación fue vital pues gracias a su control de parte de Andalucía, Francisco Franco pudo trasladar el ejército de África) y el comandante Ramón Franco (hermano de Francisco Franco) tomaron el aeródromo de Cuatro Vientos y proclamaron la República que duró un día. Organizaron el golpe las diversas fuerzas que se coaligaron, con ese fin, el 17 de agosto en San Sebastían; conformando el conocido como Pacto de San Sebastian. Por tanto el intento no fue pacífico y la IIª República que se nos vende como resultado de las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, realmente antes lo había intentado por la fuerza de las armas. También explicar que no todas las fuerzas convocantes eran republicanas por convicción, sino que al menos dos, PSOE y PCE lo eran por interés partidista como paso previo a la revolución. Hoy ,90 años después, nuevamente una monarquía debilitada se enfrenta al ataque combinado de socialistas y comunistas, con la ayuda inestimable de independentistas. "Sin duda, nada se puede objetar a la legitimidad de una movilización por la República, pero no deja de suscitar cierta melancolía que a su cabeza se encuentren los herederos de quienes en los años sesenta del pasado siglo enseñaron a jóvenes desorientados que el problema no era Monarquía o República, sino democracia o dictadura. Hoy, como ya no hay dictadura, pero como volvemos a saborear el placer intelectual y el potencial movilizador de las claridades dicotómicas, el dilema vuelve a enunciarse, por quienes inventan una tradición republicana de la que se apropian noventa años después de haberla despreciado y combatido, como Monarquía o democracia. Con lo cual, limpios de polvo y paja, volvemos a 1930 sin que aquí haya pasado nada" (Santos Juliá en 2014, una tradición inventada).
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| Una tradición inventada (Santos Juliá, 2014) |
El 28 de enero de 1930, el General Primo de Rivera presenta su dimisión y sale de España para dirigirse a París, donde morirá 47 días después. Deja atrás una Monarquía tocada y el Gobierno en manos del General Dámaso Berenguer, elegido por el Rey en lo que mas tarde se denominara "el error Berenguer". El artículo con ese nombre lo publicó, en noviembre, Ortega y Gasset en el diario El Sol y terminaba con la famosa frase "Delenda est Monarchia"; rememorando el famoso " Delenda est Cartago" con el que Catón incitaba al senado romano a iniciar la 3ª guerra púnica que lleva a la total destrucción de Cartago. Delenda no es vencer, es destruir, arrasar, eliminar de la faz...No mucho después el mismo Ortega escribía en referencia a la actuación de la República, " no es esto, no es esto" En 1930, la Monarquía está en sus últimos momentos, algo parecido a este momento, pero antes hemos de mirar atrás retrospectivamente para ver que había ocurrido y en que se iba a desembocar.
Desde 1876 España disfrutaba de la Constitución de mayor longevidad, con diferencia, de todas las que nos hemos dado los españoles: 47 años de plena vigencia (desde 1876 hasta el golpe de Primo de Rivera de 1923) y 8 años de hibernación durante la referida Dictadura en la que no fue derogada aunque su aplicación quedó en suspenso. Ahora llevamos 42 años. La referida Constitución nace y se sustenta en un bipartidismo creado por la inteligencia de dos prohombre, D. Antonio Cánovas del Castillo y D. Mateo Práxedes Sagasta, dirigentes y almas mater de los partidos conservador y liberal; nuestros PSOE y PP hasta 2004/14. Pretendieron una copia del sistema inglés que funcionó mientras los dos líderes vivieron; Cánovas del Castillo fue asesinado en 1897 por un anarquista y Sagasta muere en 1903. Entonces el sistema funcionó y soportó el shock de la pérdida de Cuba, Santo Domingo y Filipinas en 1898; si bien quedaron tocados y vieron aparecer incipientes partidos regionalistas, socialista y anarquista. Sería nuestro caso hasta el 11 M de 2004 en que también nuestra democracia resultó tocada y nos trajo a Rodriguez Zapatero.
Efectivamente en el segundo período, 1903/1923, emergen nuevos partidos como los Nacionalistas catalanes (Lliga) y varios partidos republicanos, incluida Esquerra (Esta Catalá) y los socialistas que anteriormente despreciaban a los republicanos, cambian y llevan a su fundador Pablo Iglesias al Congreso en 1910; sin olvidar a los anarquistas, importantes en número e influencia pero ajenos y enfrentados a la política de partidos. Nosotros en nuestro segundo período que iniciamos en 2004/2014, vemos aparecer a partidos como Podemos, extrema izda y VOX a la derecha del PP y al que no le catalogo de extrema derecha porque eso ya lo tuvimos con Fuerza Nueva y no ha reaparecido.
En esos 20 años se turnaron 31 gobiernos encabezados por 18 jefes diferentes. En este período se vivieron en España períodos convulsos como la Semana Trágica, el bienio bolchevique, cientos de asesinatos violentos por anarquista y patronos, así como la muerte a manos anarquistas de dos jefes de gobierno, Eduardo Dato y José Canalejas. Este deterioro de la situación política y de los partidos que la sustentaban, desembocó en el golpe de estado del general Primo de Rivera en 1923, a la sazón Capitán General de Cataluña. Golpe muy bien recibido por muchos, incluido el Rey, que lo veían como una garantía de orden y estabilidad. En nuestro caso hemos vivido los atentados del 11M, con un resurgir de los partidos nacionalistas que se han reconvertido en independentistas y la banda terrorista ETA, ha sido sustituida por un partido político.
Al final, la Dictadura se agota políticamente y cuando Primo de Rivera constata que no cuenta con el apoyo decidido del ejército y del monarca, dimite en enero del 30. Es sustituido por otro militar, el general Berenguer. Ante la debilidad manifiesta del Gobierno Berenguer, los partidos republicanos, nacionalistas y asociaciones de intelectuales, se organizan con un único fin: Derribar a la Monarquía; incluso por la fuerza (planificaron un levantamiento para diciembre pero falló por la premura de Galán en Jaca). En octubre, por las presiones de Indalecio Prieto se unieron, en Madrid, oficialmente PSOE y UGT al Pacto de San Sebastian.
Es decir pasaron de un bipartidismo imperfecto al multipartido que no incluye a la CNT-FAI con un millón de afiliados/simpatizantes; por supuesto tampoco al irrelevante y bolchevique PCE, que aunque lleva en esos momentos casi una década de existencia , no consigue su primer diputado hasta las elecciones de noviembre de 1933. Ningún partido monárquico ni de derechas participa en la elaboración del golpe ni en la Constitución de 1931. Actualmente hay trece partidos con representación parlamentaria; hasta en este número tenemos mala suerte.
Los grupos anti monárquicos, se habían reunido en San Sebastian , el 17 de agosto de 1930, en el domicilio social de Unión Republicana, pero no se toma ningún acta escrita, solo una nota oficiosa. Entre los temas tratados, «el problema referente a Cataluña, es el que más dificultades ofrece para llegar a un acuerdo unánime» y «quedó resuelto en el sentido de que los reunidos aceptaban la presentación a unas Cortes Constituyentes de un estatuto redactado libremente por Cataluña para regular su vida regional y sus relaciones con el Estado español», acuerdo que se hacía extensivo a «todas aquellas otras regiones que sientan la necesidad de una vida autónoma».
La visión que tenían de la República, los firmantes del Pacto, era tan dispar que pocos meses después, ya el mismo 14 de abril del 31, uno de los firmantes, Macià, declara la republica de Cataluña dentro de la Federación de Repúblicas Ibéricas y tienen que ir a convencerle para que de marcha atrás a cambio de que la Generalitat redacte un Estatuto y lo presente a las Cortes Generales. Así fue, redactado en el Monasterio de Nuria, se presentó en junio del mismo 31 y como era infumable, tras meses de debate salió muy recortado en septiembre del 32; gracias al acelerón provocado como reacción al fracasado golpe de Sanjurjo en el verano. El acceso de Zapatero a la presidencia de gobierno en 2004, trajo consigo, entre otras desgracias, una propuesta similar que terminó desembocando en el golpe separatista de octubre de 2017.
Dámaso Berenguer les propone elecciones y volver a la democracia participativa, pero se niegan y solo admiten la entrega del poder, sin pasar por las urnas que permitieran conocer la valoración de los ciudadanos; una moción de censura a la moderna. Preparan el golpe para finales de diciembre; sistema democrático de lograr el poder, si el golpe lo ejecuta la izda. El golpe militar, se adelanta por las prisas de Galán y fracasa en Jaca; llevando a gran parte de los antes enumerados a la cárcel, de la que no salen hasta el 14 de abril del 31, en que pasan directamente a hacerse cargo del gobierno. Esto se repetiría en octubre de 1934 y varios de ellos volverían a la cárcel, de la que saldrían tras las elecciones de febrero del 36 para volver al poder. Entre el 14 de abril del 31 y el 17 de julio del 36, se sucedieron 20 gobiernos con una duración media de tres meses. Toma estabilidad.
https://elcriticonhistorico.blogspot.com/2015/06/limpios-de-polvo-y-paja-volvemos-1930.html
Los oficiales implicados en la sublevación de Jaca de diciembre de 1930 contra el Rey Alfonso XIII, situada en lo más alto de la mitología del republicanismo español, se dividirían y enfrentarían a muerte solo seis años y medio después en la Guerra Civil. Si en la primera ocasión unieron sus destinos contra la Monarquía, en la segunda se combatieron unos a otros en defensa o en contra de la República gobernada por el Frente Popular. A pesar de que la sublevación de Jaca había fracasado, sus líderes fusilados, y el “comité revolucionario” había sido detenido, el general Queipo de Llano y el comandante de aviación Ramón Franco (hermano de Francisco Franco), mantuvieron los planes para llevar a cabo el movimiento cívico-militar previsto para el lunes 15 de diciembre. Para ello tomaron el aeródromo de Cuatro Vientos, en las afueras de Madrid, y desde allí leyeron un manifiesto por radio para intentar la sublevación de la capital afirmando que la República se había proclamado. Poco después despegaron del aeródromo varios aviones cargados con bombas y octavillas llamando a la huelga y a la sublevación para lanzarlas sobre Madrid, pero cuando sobrevolaron la ciudad se dieron cuenta de que la vida seguía con normalidad: la huelga prevista no se había producido ni ninguna unidad militar se había sublevado y salido a la calle; por lo que solo lanzaron las octavillas y no bombardearon el Palacio Real. Cuando el comandante Franco volvió al aeródromo, los conjurados decidieron dar por finalizada la sublevación y huir en avión a Portugal, y desde allí volar a Francia. El general Queipo de Llano y el comandante Ramón Franco se instalaron en París, donde se encontraban exiliados algunos políticos republicanos y nacionalistas catalanes y vascos, y allí continuaron con sus actividades conspirativas para derribar a la Monarquía y proclamar la República. A partir del 14 de abril, ambos fueron premiados por el gobierno republicano, si bien en el 36 actuaron de forma distinta. Ramón Franco se ofreció a la República pero cuando en agosto la plebe asesinó a su amigo y compañero en el Plus Ultra, Ruiz de Alda, se marchó con su hermano. Joder con las convicciones republicanas.
Ortega y Gasset decía en su artículo sobre "el error Berenguer", el 15 de noviembre de 1930, de los españoles lo mismo que diría hoy: "que moralmente pertenecen a la familia de los óvidos; que en política son gente mansurrona y lanar, que lo aguantan y lo sufren todo sin rechistar, que no tienen sentido de los deberes civiles, que son informales, que a las cuestiones de derecho y, en general, públicas, presentan una epidermis córnea". Achaca al Estado, ahora sería al gobierno de Sanchez, que lo piense, que lo sepa y cuente con ello; pero es intolerable que se prevalga de ello, en lugar de luchar para corregir tales defectos, excitando la vitalidad política y persiguiendo cuanto fomentase su modorra moral y su propensión lanuda. Pasan los años pero desde el poder nos siguen tratando como ovejas.
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