jueves, 16 de abril de 2020

LOS INDEPENDENTISTAS APROVECHAN EL COVID-19 Y SE RETRATAN.

Aquí valdría la frase de Dios los cría y ellos se juntan. Es asombrosa la capacidad que tienen de hacer el ridículo y mentir sin pudor. De Tarradellas, hombre de profundo ingenio y frases oportunas, recupero : “En política se puede hacer todo menos el ridículo”. Si todo el procés ha sido sobre todo un vodevil, la apoteosis final parece no tener fin; es una astracanada que continuamente se supera así misma. A mí, Puigdemont me da pena, el expresidente de la Generalitat acaba de apoyar las polémicas declaraciones expresadas por el consejero de Interior de Quim Torra, Miquel Buch, considerando una ofensa que el Gobierno enviase a Cataluña 1.714.000 mascarillas al relacionar esta cifra con la Guerra de Sucesión e incluso mencionando la Guerra Civil. «Con la historia de los catalanes no se juega». Pero sí con la vida de los catalanes al impedir la Generalitat a la UME que desinfectara algunas residencias de mayores así como la no puesta en marcha del hospital de campaña, montado por la Guardia Civil, por lo que ahora investiga un juez a la Generalitat.
Hospital montado por la G.C. en Sant Andreu, sin usar
a pesar de que la Comunidad de Cataluña es la de mayor mortandad
En la mitad de su cerebro siguen olvidando que en 1714 terminó una guerra de sucesión en la que se decidía si el rey de España debía ser un Borbón o un Austracista. En esa mitad del cerebro siguen olvidando que parte de Cataluña se levantó contra el rey al que había jurado fidelidad y si este hubiese actuado como los ingleses con los escoceses tras la batalla de Culloden, el 16 de abril de 1746, seguramente otro gallo nos cantara. A los heridos escoceses se les remató en el campo de batalla y se persiguió a los supervivientes. A los jefes de los clanes que habían secundado la causa jacobita se les quemaron los castillos y casas señoriales, se confiscaron sus posesiones e incluso en el Parlamento londinense se debatió la posibilidad de esterilizar a las mujeres de las Highlands. Se prohibió, bajo pena de muerte, la posesión privada de armas de cualquier tipo, vestir el kilt (salvo que se sirviera en los regimientos escoceses destinados a las colonias del detestado ejército británico de los Hannover) e incluso tocar la gaita y hablar gaélico y escocés. Por contra en Cataluña, el Conseller en Cap, Rafael Casanova, no solo no muere heroicamente sino que es herido y  huye disfrazado; muriendo en su casa 29 años después; tras pedir y recibir el perdón real. Que no se jugaban la independencia queda claro pues hasta 172 años más tarde, no comenzó a celebrarse la Diada. En esos años, Cataluña disfrutó de un despegue económico gracias a sus industriales y a los aranceles proteccionistas de que disfrutó. Luchó por España en la guerra de la Independencia y en la de Marruecos. Mientras Escocia quedó arruinada para la posteridad, Cataluña pasó a encabezar las regiones más ricas de España. 
El general Juan Prim con sus voluntarios catalanes en Tetuán, 1860
En medio de la peor pandemia desde hace cien años, en línea con sus deslealtades, resulta reincidente ver como los independentistas, catalanes principalmente, aprovechan los momentos de debilidad del Estado para hacer política miserable. Hace unos días el ministro Jose Luis Ábalos decía que no iban a consentir que se hiciera política de la desgracia del COVID-19 y mira por donde los primeros en hacerlo han sido sus socios, podemitas y separatistas. Los primeros comparando su magnífica actuación frente al coronavirus en comparación con la nefasta del PP en el caso del Prestidge y los atentados del 11 M de 2.004 y los segundos empezaron apenas tres días después de la mesa de diálogo con la concentración de Perpiñan y a renglón seguido con la aparición de los primeros casos de contagio de la presente pandemia. Los datos interactivos de la Generalitat por región sanitaria dicen los siguiente:


El 24 de febrero había 8 positivos en Tractoria y 1 en Tabarnia. El 29 de febrero, día de la manifestación de Puigdemont en Perpiñán: 11 en Tractoria y 5 en Tabarnia. El 12 de marzo habían cambiado las cosas: 263 en Tabarnia y 121 en Tractoria. Cualquiera puede ver que el virus empezó en Tractoria, y que se expandió de allí a Tabarnia tras el contacto con algunos tabarneses en el mitin de Puigdemont. Naturalmente Torra seguirá diciendo que solos les habría ido mejor pero es discutible con este cuadrante y eso que acaban de aumentar el número que tenían minorado en otros tantos. En España solo les superaría Madrid (6900 declarados), salvo que consideremos los ahora declarados 7.097 en lugar de los anteriores 3.855.


Hemos tenido que soportar la reunión de Torra con Urkullu para escuchar sus protestas por la intervención de la UME y la asunción de la dirección centralizada de la respuesta al virus Covid-19 que entendían como un 155 enmascarado contra el virus independentista; curioso punto de vista epidemiológico. Naturalmente salieron a relucir sus diferencias que les hacen mejores como sus respectivos ADN diferentes al resto de maquetos y colonos. También EH Bildu ha utilizado el Covid-19 para denunciar las «carencias del sistema» y abogar por una «república vasca» que consideran hoy «más urgente que nunca». para «construir una Euskal Herria mejor».

En cualquier caso y con diferencia, el más ridículo es el presidente de la Generalitat, Quim Torra, quien ha dirigido una misiva a la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, en la que critica con dureza la gestión del Tribunal Supremo en el tema de los presos soberanistas durante la pandemia de coronavirus. También ha aprovechado en una entrevista en la televisión británica BBC que el Gobierno no está aplicando el confinamiento de la población y pasado del España nos roba al España nos mata; afirmando que el Ejecutivo le ha dejado sin las competencias necesarias para combatir la epidemia del coronavirus. Naturalmente del rechazo al ejército y Guardia Civil, olvido total. Prefieren morir patriotamente pero arrastrando a la mitad que no les vota.


Naturalmente Oriol Junqueras tampoco ha tardado con sus adláteres en subirse al carro deslegitimador de la ayuda de la UME y además ha pretendido utilizar el coronavirus para salir de la cárcel e irse a casa. El portavoz de ERC en el ayuntamiento de Mollet, hacía referencia al parte de Franco del final de la guerra para compararlo con este "1 de abril de 2020 tenemos el ejército paseándose por Mollet para demostrar que todavía están allí. Lamentable”. Esquerra y sus satélites, de su miseria moral por intentar usar una emergencia sanitaria para burlar la justicia, no han dicho nada.



Mientras lanzaban estas graves acusaciones en el pueblo de la portavoz del Govern, Meritxell Budó, La Garriga, el sábado se realizaba un mercado ambulante con gran afluencia de vecinos, una incoherencia más en el Govern de Torra. La propia Meritxell Budó, portavoz de un Govern que lleva asociado la incoherencia a su acción, ante el comienzo de la vuelta al trabajo de empresas no esenciales, aseguraba en rueda de prensa durante la pasada semana que “si hay un rebrote en nuestro país, los responsables de este posible rebrote serán aquellas personas que tomen las decisiones sin tener en cuenta la opinión de los expertos“.
Mercado de La Garriga en confinamiento
Torra ha mandado limpiar algunos geriátricos a empresas privadas y a los Bomberos antes de que lleguen los militares, pese a la orden de Defensa Cuando esto termine, el separatismo tendrá que rendir cuentas a los catalanes; puede que hasta en los juzgados, por su irresponsable comportamiento y su gestión de la crisis, orientada siempre al pulso con el Estado y el ataque a sus instituciones. El coronavirus tendrá cura, su sectarismo parece no tener remedio. Pero para intentar salvar su sector turístico y ante la escasa perspectiva internacional, los españoles son adulados para que vayamos a ser solidarios. TOMA YA.

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