lunes, 11 de mayo de 2020

500 AÑOS DE LA NOCHE TRISTE, QUE OTRO PEDRO SANCHEZ COMPARTIÓ

Noche triste hemos vivido todos más de una pero aquí me voy a ceñir a las que han tenido especial renombre y que han influido notablemente en la historia de España. Curiosamente hay una coincidencia de fechas que alguien diría que no suele ser por casualidad. Podemos recordar a Zapatero el 12 de mayo de 2010, hace justo 10 años, anunciando sus brutales recortes. Podíamos seguir con la noche del 1 al 2 de octubre de 2016 en que Pedro Sanchez lloraba mientras abandonaba la sede del PSOE, tras su expulsión como Secretario General; pero nos ceñiremos a la más conocida noche con ese nombre: La Noche Triste vivida por Hernán Cortes, durante su huida de Tenochtitlán (Hoy Ciudad de Méjico) entre los días 30 de junio y 1 de julio de 1520. Pero antes demos un pequeño repaso a los antecedentes, empezando por Hernán Cortes, extremeño de Medellín que carecía de formación guerrera, aunque si tenía formación académica que recibió en la Salamanca de Antonio Nebrija. Buscando su futuro emigró a Cuba donde casó con una hija del gobernador Diego de Velazquez que le encargó una expedición de trueque y descubierta por la costa de Yucatán, con orden expresa de no internarse para tareas de colonización ni conquista. Así en febrero de 1519 llega a la costa y saltándose las órdenes, funda la Ciudad de la actual Veracruz y después de una batalla con pueblos locales, recibe como ofrenda a la que sería su alma mater, Marina (Malinalli). Atraído por las noticias de la existencia de un gran señor, Moctezuma II) en el interior, decide ir a su encuentro, con sus 500 españoles, haciendo aliados en su camino en Tlaxcala, que libera de la servidumbre de aquel a quien va a conocer. El encuentro se produce en noviembre de ese mismo año. Invitado a instalarse, Cortes y su pequeño ejército, 500 españoles y 1000 tlaxaltecas, entran en la isla-ciudad de Tenochtitlan, instalándose en el palacio del padre de Moctezuma. 

La Noche Triste
Para evaluar la importancia de la epopeya, consideremos que en 1519, justo en la cúspide de su desarrollo, se estima que vivían en Tenochtitlan entre 80 mil y 300 mil habitantes, sólo en los límites de la ciudad; sin embargo, contando a la población en las riveras del lago, sus habitantes llegaron a ser 700 mil. Era la segunda mayor ciudad del mundo, superada solo por Pekín, pues Londres de ese momento contaba con 100 mil habitantes y Sevilla, con 45 mil. Además era la cabecera del mayor imperio del continente americano.

La relación comenzó siendo razonablemente cordial pues para Moctezuma, que había fracasado en su intento con regalos que Cortés llegase a Tenochtitlán, los españoles son descendientes de dioses, si bien como prohíben los sacrificios humanos son mal recibidos por los habitantes de aquel imperio, los mexicas /aztecas. Mientras conviven y medio lo tienen confinado, en Cuba el gobernador, Diego Velazquez, organiza una expedición formada por 900 soldados y mandada por Pánfilo de Narváez para ir a capturarlo, a pesar que Cortés contaba con el beneplácito de rey Carlos I; permiso real conseguido a espaldas del propio gobernador. Enterado Cortés de la referida expedición, sale de Tenochtitlán con la mayor parte de su tropa y deja a Pedro Alvarado con un centenar de soldados para mantener a Moctezuma en su prisión preventiva, pero su hermano empieza a movilizar a los descontentos que se reúnen para celebrar una de sus fiestas y Alvarado aprovecha, operación que repetiría, para eliminar a sus cabecillas el 22 de mayo. Así crece la tensión mientras Cortés está camino de enfrentarse con Narvaez.
Matanza de cabecillas aztecas/mexicas el 22 de mayo de 1520;
por Pedro Alvarado
Hernán Cortes se enfrenta victorioso con Narvaez y enrola a parte de su tropa; regresando a Tenochtitlán con un millar largo de soldados españoles, entre los que se encontraba Pedro Sanchez, que adquiere notoriedad por haber hecho prisionero a Narvaez. Hablamos de Pedro Sanchez Farfán, casado con la Maria Estrada, cuya participación se describe por Bernal Díaz del Castillo en su “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España” . María Estrada es descrita como una luchadora digna de figurar entre los mejores soldados. Narvaez y quienes se quedaron con él, fuero luego exterminados por caciques mexicas y ofrecidos en sacrificio a sus dioses. Así, hace 500 años, Pedro Sanchez Farfán como soldado y su mujer Maria Estrada, que peleó como un soldado, estaban atravesando el momento más difícil de la incipiente conquista del imperio mexica/azteca. Por cierto no confundamos Tenochtitlán con Teotihuacan, que está a 50 km de la anterior y cuyas pirámides del Sol y la Luna, son muy anterior a la cultura maya y azteca. 
 
Teotihuacán, sitio turístico por excelencia. No Tenochtitlán.
Cortés, con Pedro Sanchez en sus filas, llegó el 28 de junio a Tenochtitlán y se encontró con que era atacado desde las terrazas y pedro Alvarado cercado en su residencia, por lo que intentó que Monctezuma se dirigiera a la muchedumbre para calmar los ánimos, pero una pedrada lanzada desde el populacho, le golpeó en la frente, ocasionando su muerte varias horas después. Puestas las cosas así y viendo que estaban encerrados en el palacio del padre de Monctezuma, lugar poco apropiado para desplegar sus tropas, caballería y artillería que eran lo que le daban la ventaja frente a la masa de enemigos, decidieron salir de Teotihuacan por la noche; buscando desplegar en campo abierto y dejar atrás la isla en que estaba construida la ciudad. Comenzó la retirada por una pasarela estrecha pero fueron descubiertos por una anciana que dió la voz de alarma, a la que acudieron miles de nativos con canoas para atacar, por ambos francos, a los que se retiraban. El miedo y la oscuridad hicieron cundir el pánico y la huida descontrolada terminó con muchos muertos y ahogados por no hacer caso y abandonar los tesoros que llevaban encima; murieron muy ricos.
Cortés llora sus pérdidas.
Terminada la evacuación, Cortes perdió unos 600 españoles, la mitad del total, y la mayoría de los 2.000 aliados indígenas; toda la artillería y gran parte de los caballos. Esa fue la noche triste, de la que Cortés tardó más de un año en recuperarse. Perseguido, se enfrentó a sus enemigos en Otumba y nuevamente los derrotó al poder desplegarse en campo abierto. Ya sin perseguidores, se dirigió a su aliada Tlaxcala donde se reorganizó para volver a ocupar la capital, 14 meses después y tras un largo asedio.. Afortunadamente se superó el mal momento que pudo mandar al limbo la conquista del gran Imperio de la Nueva España.

El 15 de octubre de 1522, un enviado del rey se anuncia. Llegándose hasta donde lo espera Cortés, desenrolla un mensaje y lee:
«Agradeciéndoos la bravura, el coraje y la fidelidad que demostrasteis para con la corona, yo, Carlos, rey de España, de Alemania y de Flandes, soberano emperador de Roma, os nombro gobernador y capitán general de Nueva España, con plenos poderes para gobernar y explorar las nuevas tierras».
Es el triunfo; la suprema consagración del empecinado conquistador.


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