Nuestra baja valoración en Europa viene desde el Congreso de Viena (1814), donde Europa se repartió el botín de Napoleón y redibujó las fronteras del continente. Como parte de las naciones vencedoras, la misión del Marqués de Labrador, representante español en Viena, era lograr que Francia pagara los costes de una guerra que había destrozado económica, social, industrial y demográficamente el país; no consiguió nada. El Duque de Wellington, que bailó el vals de Viena hasta que tuvo que marcharse apresuradamente cuando Napoleón escapó de la Isla de Elba, definió al extremeño como «el hombre más estúpido que he visto en mi vida». No hemos mejorado mucho cuando para potenciar el turismo, en el BOE aparece que a los extranjeros que vengan a pasar sus vacaciones, normalmente 15 días, se les haga pasar una cuarentena de 14. Claro que nuestros socios ya están curados de espanto gracias a los ridículos para extraditar a Puigdemont, Comins y demás patulea; vamos que seguimos siendo una potencia de tercera, ahora transformados por mor del gobierno social-comunista, además en un peligro para la Unión Europea.
Los valses de Viena y los personajes del Congreso |
Sorprendentemente, o no, nuestro vicepresidente 2º, líder del partido "insurgente" Podemos, según le califica 'Financial Times', en una entrevista, ha subrayado los planes de España de garantizar una renta mínima superior a 1.000€ por hogar necesitado. Comentaba que dicha renta mínima debería hacerse extensible a todos los miembros de la U.E. Asimismo, ha advertido del riesgo de resquebrajamiento de la Unión Europea debido, entre otras cosas, a los planes de austeridad y la falta de solidaridad entre el norte y el sur. Iglesias argumenta que "cierto (nivel de) mutualización/perdón de la deuda es una condición necesaria para la existencia de la UE". Además de recuperar la retórica Norte vs Sur y de exigir que sean los socios europeos quienes financien los problemas fiscales de nuestro país, Iglesias ha hecho toda una declaración de intenciones en el FT, afirmando que las ideas de líderes europeos como Margaret Thatcher "han quedado enterradas en la historia, puesto que ya nadie las defiende". El liberalismo estricto está en desuso.
Iglesias retoma el camino de Varoufakis de forzar un desenlace óptimo a través del "juego de la gallina", es decir, de inducir una situación límite hasta provocar que la otra parte dé un paso atrás en sus pretensiones. Varoufakis partía de la convicción de que Bruselas, Washington y Frankfurt cederían ante sus postulados por miedo a una ruptura de la Eurozona. Olvidando el resultado del fallido envite, para Grecia, Pedro Sanchez lo expone en sus Aló Presidente, jugando con que la UE no soportaría una quiebra de España, cuya economía es 5 veces la griega. Tsipras se equivocó y no valoró el hartazgo de sus socios y lo mismo puede pasar con Sanchez que está abusando con las reiteradas rectificaciones de las cuentas que presenta en Bruselas, sin conseguir su aprobación con ocultaciones continuas.
El problema se complica por la pérdida de fiabilidad de Pedro Sanchez que el Covid-19 está llevando al límite. Después de pasar del 5º al 17º puesto en números de test, ayer era nuevamente puesto en ridículo por la CNN con el inexistente ranking de la universidad Johns Hopkins del que se ufana Sanchez. El aumento desaforado de altos cargos no ayudará, cuando en todas partes se están tomando medidas restrictivas del coste inútil. Tampoco se entiende la ocultación del equipo asesor de la desescalada, salvo que no exista y sea una simple escusa para hacer de su capa un sayo.
El Gobierno sabe, y lo oculta, que la caída del PIB será muy superior al 9,2% este año pues la última actualización del Programa de Estabilidad remitida a Bruselas incluye todo un repertorio de cuadros elaborados por la Dirección General de Análisis Macroeconómico del Ministerio de Economía donde se desvela la realidad de nuestra caída económica, que será según sus propias indicaciones, superior al 14%, cinco puntos peor que la admitida por el Gobierno de Pedro Sánchez y por tanto la recuperación también será más lenta y desde más abajo.
La diferencia entre nosotros y otros Estados de la UE, es que aquí parte de las ayudas se aplicarán para financiar ERTES y la renta mínima de solidaridad; es decir, políticas «pasivas», mientras otros preferentemente las destinarán a políticas «activas» de creación de empleo, como fue el Plan Marshall. Para que se nos entienda: unos países optarán por poner el acento en «dar una caña y enseñar a pescar» a los más vulnerables y necesitados, mientras nosotros daremos «pan para hoy» que, muy posiblemente, se convierta en «hambre para mañana». ¿Como entenderán que con millones de parados sea imposible encontrar 140.000 temporeros para recoger las cosechas. Para nuestro gobierno, lo importante es la fotogenia de la firma del pacto social que Sanchez pretende utilizar para potenciar en Europa su propia credibilidad. Ya veremos donde acaba la paz social cuando se toquen las pensiones y reduzca el salario vital, que es mayor que el SMI.
Por cierto, se acaban de cumplir 10 años de los recortes de Zapatero, los mayores de nuestra democracia y a final de año estaremos en peor situación económica. Casi nos rescataron y ahora no nos libramos.
Firman 5 y otros tantos de "cla" |
Muy interesante. Gracias
ResponderEliminarGracias por la aceptación.
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